Para Laura Londoño cocinar era un placer desde que estaba en el colegio, de hecho, recuerda que sus compañeras la conocían como la pastelera de la clase porque solía venderles brownies, galletas y otras dulces preparaciones que hacía cada tarde después de salir de clases. Su amor por la cocina fue tan grande que la llevó a Europa y de allí a Australia para formarse.
Laura estudió cocina en el Instituto Paul Bocuse de Lyon, Francia, y trabajó en importantes restaurantes de ese país y de Italia para después viajar a Australia donde se emparentó con la cocina asiática moderna y la cocina de mercado.
Después de varios años formándose fuera del país, Laura regresó a Colombia para darle vida a su propio restaurante: Oci.Mde que abrió en el 2013 y que Laura describe a Oci como “un lugar apropiado para disfrutar del tiempo de ocio, el tiempo que dedicamos a hacer lo que más nos gusta”.
En Oci.Mde, además, del conocimiento de años y la creatividad para la cocina de Laura, se mezclan la tradición culinaria de varias culturas: la asiática, la europea y la latina.
Un restaurante que se renueva
Oci.Mde tiene una cocina cambiante en continua transformación, por eso cada seis meses el menú se renueva con base en los productos locales de cosecha que dan pie a la creación de nuevos platos.
Oci.Mde ofrece platos de temporada bajo un concepto de cocina para compartir gracias al cual los comensales pueden probar una gran variedad de platos que tiene como base los pescados frescos del pacífico colombiano, en combinación con tubérculos, vegetales, flores y hierbas propios de la región andina.
El estilo de cocina de Laura se inclina por las cocciones largas a baja temperatura y el uso de especias y hierbas aromáticas lo cual le da a los platos de su Oci.Mde sabores intensos pero balanceados.
Qué es la vajilla para Laura
Según la chef de Oci.Mde la vajilla es muy importante, es fundamental que el diseño logre un punto medio ser bonita y llamativa pero sobria. “Que aporte textura y color al plato sin robarse el protagonismo, para mí es muy importante que la vajilla me permita darle mi toque al plato con la altura, los ingredientes, el color, y que ella sea complementaria”.
Para Laura es esencial que la vajilla le permita al chef crear y diseñar. En otras palabras, la vajilla es como el lienzo en blanco sobre el que el chef puede plasmar su creatividad y presentar sus creaciones culinarias de una manera única y memorable.
Una vajilla bien diseñada no solo realza la apariencia de los platos, sino que también puede influir en la percepción del sabor y la experiencia gastronómica en su totalidad. Es importante que la vajilla sea versátil y adaptable a diferentes estilos de cocina y presentaciones, permitiendo al chef expresarse libremente y sorprender a sus comensales con cada plato.
En ese orden de ideas una de las vajillas favoritas de Laura es la Ink, es una vajilla de colores y líneas rectas y que permite un ejercicio interesante: apilar platos para crear diseños llamativos e innovadores que sorprendan al comensal realzando el plato principal, tal como a Laura le gusta.
La vajilla Ink se destaca porque tiene un toque artesanal que, combinado con la sobriedad de cada plato, aporta una sensación rústica y disruptiva gracias a la cual no solo se logran resaltar los alimentos y sino que se puede llevar la experiencia gastronómica a otro nivel.
La belleza en la sobriedad en una vajilla
Cuando se trata de presentar platos excepcionales, la vajilla equivalente al escenario sobre el cual los chefs dan vida a sus creaciones culinarias. Más que simples recipientes, las piezas de vajilla son extensiones del arte gastronómico, capaces de elevar la experiencia de la comida a nuevas alturas. Sin embargo, encontrar el equilibrio perfecto entre la belleza y la sobriedad en el diseño de la vajilla puede ser todo un arte en sí mismo.
- La Importancia del diseño
El diseño de la vajilla desempeña un papel crucial en la experiencia gastronómica. Una pieza bien diseñada no solo realza la presentación de los platos, sino que también influye en la percepción del sabor y en la impresión general que deja en los comensales. Es por ello que encontrar un punto medio entre la belleza y la sobriedad es fundamental para garantizar una experiencia equilibrada y memorable.
- Belleza en la Simplicidad
A menudo, la verdadera belleza reside en la simplicidad. Una vajilla con un diseño sobrio y minimalista puede ser tan impactante como una más elaborada. Las líneas limpias, los colores neutros y las formas geométricas pueden crear una sensación de elegancia y sofisticación que complementa perfectamente la presentación de los platos, sin robarles protagonismo.
- Toques de creatividad
Aunque la sobriedad es clave, eso no significa que el diseño de la vajilla deba ser aburrido o monótono. Pequeños toques de creatividad pueden agregar un elemento de sorpresa y encanto a la experiencia gastronómica. Desde sutiles detalles ornamentales hasta patrones geométricos discretos, estos elementos pueden aportar un toque de personalidad sin distraer del plato principal.
- Llamativos, pero con moderación
Si bien es tentador optar por diseños llamativos y extravagantes, es importante hacerlo con moderación. Una vajilla demasiado ostentosa puede eclipsar la presentación de los platos y distraer la atención de los sabores y texturas que el chef se esfuerza por destacar. En cambio, es preferible buscar un equilibrio entre la belleza y la funcionalidad, asegurando que la vajilla realce, en lugar de competir con la experiencia gastronómica.
En última instancia, el diseño de la vajilla debe ser una extensión del arte culinario, complementando y realzando la experiencia gastronómica en lugar de dominarla. Al encontrar el equilibrio perfecto entre la belleza y la sobriedad, los chefs pueden crear una experiencia gastronómica que sea verdaderamente inolvidable, donde cada plato se presente con elegancia y estilo, pero sin perder de vista su propósito principal: deleitar los sentidos y satisfacer el paladar. Eso es precisamente lo que ha logrado Laura Londoño con Oci.Mde.